domingo, 16 de agosto de 2009

Efectos de la Electricidad sobre el Organismo.

Los accidentes eléctricos no son relativamente numerosos pero presentan una elevada gravedad, sobre todo en el caso de que afecte a órganos vitales como los pulmones o el corazón, con el consiguiente riesgo de electrocución.

IMPORTANTE: la corriente eléctrica de las líneas de bajo voltaje, de 120 ó 220 voltios, de ninguna manera es inofensiva. La mayor parte de los accidentes mortales se producen con estas tensiones, y en la mayor parte de las ocasiones esto ocurre porque se acostumbra a trabajar en ellas sin tomar las precauciones preci­sas, en la creencia de que tales tensiones no son peligrosas.

La electrificación está constituida por las distintas manifestaciones fisiológicas y fisiopatológicas debidas al paso de la corriente eléctrica por el cuerpo humano. La electrocución, en cambio, es sólo un subconjunto del grupo anterior, ya que desig­na exclusivamente los casos de muerte.

La electricidad es peligrosa, y puede decirse que una buena parte del peligro que representa estriba en que no es habitualmente per­ceptible por nuestros sentidos:

- No tiene olor, solamente el ozono engendrado por un arco eléctrico en el aire, es perceptible por el olfato.

- No puede ser detectada por la vista, de manera que un conductor sometido a tensión no puede distinguirse de uno sin tensión.

- No se aprecia generalmente al oído; solamente un ruido característico, comparable al zumbido del enjambre de abejas puede ser percibido en las líneas de muy alta tensión.

Una persona sufre una descarga cuando su cuerpo entra a formar parte de un circuito eléctrico, a cuyo través circula la corriente.

Imagínese que toca con una mano un elemento bajo ten­sión de un aparato eléctrico, por ejemplo el cable deterio­rado de un tostador. Si su cuerpo no está aislado del suelo (y es muy probable que no lo esté) la corriente circulará desde su mano hasta la tierra, a través de su cuerpo.

Mucho peor resulta tocar con una mano algún elemento en contacto directo con "tierra" como grifos, tuberías de agua o de calefacción, mientras que con otra parte del cuerpo se está en contacto con un elemento bajo tensión eléctrica. En este caso la corriente encuentra menos dificultades para atravesar el cuerpo.

El fluido eléctrico se manifiesta en diversas formas físicas que pueden ser origen de daño si se encuentra el cuerpo humano en su camino.

En el cuerpo humano se pueden producir, por efecto de la energía eléctrica los siguientes efectos:

Parálisis muscular

Con este concepto se expresa la anulación de la capacidad de accionamiento voluntario de los músculos. Los músculos se agarrotan y el sujeto queda pegado al punto de contacto, sin poder soltarse.

Paro respiratorio

Es producido cuando la corriente circula desde la cabeza a algún miembro, atravesando el centro nervioso respira­torio. La paralización puede prolongarse después del accidente, de aquí la necesidad de una práctica continua de la respiración artificial durante varias horas.

Asfixia

Se presenta cuando la corriente atraviesa el tórax. Impide la contracción de los músculos de los pulmones y por tanto la respiración.

Fibrilación ventricular

Si desgraciadamente la corriente atraviesa el corazón, se produce la llamada fibrilación ventricular que es una desestabilización del ritmo cardíaco normal. La fibrilación es un movimiento rapidísimo del corazón, una especie de vibración completamente inútil. En este estado, el corazón no bombea sangre, con el consiguiente riesgo de muerte.

Quemaduras

Son producidas por la energía liberada al paso de la intensidad (Efecto Joule). La gravedad de la lesión es función, en igualdad de condiciones técnicas, del órgano o parte del cuerpo afectada.

Los factores que hacen que la descarga eléctrica sea más o menos grave, son:

1- Voltaje del circuito con el que se entra en contacto.

2- Resistencia eléctrica del cuerpo humano en ese momento.

3- Intensidad de la corriente que atraviesa el cuerpo.

4- Camino que sigue la corriente a través del cuerpo.

5- Duración del contacto.

Se puede decir que la intensidad de la corriente que atraviesa el cuerpo es lo que "mata", y ésta depende del voltaje y de la resistencia del cuerpo.

Se considera que la intensidad es peligrosa a partir de un valor de 0,01 amperios y puede matar con 0,1 amperios.

Como disminuir el voltaje no está en nuestras manos en la mayor parte de los casos, lo que tenemos que hacer es tratar de que la resistencia de nuestro cuerpo sea muy grande, para que la intensidad de la corriente sea muy pequeña en el caso que suframos una electrización.

Una piel rugosa y seca puede ofrecer una resistencia de 50.000 Ohmios. Sin embar­go, una piel fina y húmeda por el sudor o por agua, puede presentar una resis­tencia de tan sólo 1.000 Ohmios.

La resistencia del cuerpo puede aumentarse aislándonos con tableros de madera

seca, alfombrillas aislantes, planchas de goma, llevando calzado aislante y traba­jando en lugares secos, no manipulando instalaciones eléctricas, ni manejando apa­ratos eléctricos con las manos o los pies mojados, estando sudados, bajo la lluvia o en lugares húmedos, etc.

La corriente se dirige por el camino más corto o de menor resistencia a través del cuerpo o de su superficie. Las descargas eléctricas se reciben generalmente desde una de ambas manos hacia el suelo, a través de ambos pies.

Evidentemente la gravedad de la descarga será mucho mayor si en el trayecto de la corriente se encuentran órganos vitales como el corazón, los pulmones o el cerebro, que si se produce, por ejemplo, entre dos dedos de una misma mano puestos en los contactos de una base de enchufe. En el primer caso y si la inten­sidad y el tiempo son suficientes, se producirá la electrocución, mientras que en el segundo todo se reducirá a un calambre y una quemadura.

Es muy importante el tiempo que se está en contacto con la corriente eléctrica, pues de él depende que el accidentado pueda o no librarse de la descarga antes de que le provoque un espasmo muscular que le impida desprenderse del contacto.

TIPOS DE CONTACTO

Contacto directo:

Es el contacto que se establece entre una parte del cuerpo de una persona y un material eléctrico bajo tensión; un cable pelado por ejemplo.

La corriente atraviesa el cuerpo entre del punto de contacto y un punto hacia la tierra. La descarga será más grave cuanto más elevado sea el voltaje (vol­tios) y más pequeña o baja sea la resistencia del cuerpo (Ohmios). Es decir, cuanto más elevada sea la intensidad (Amperios)

Contacto indirecto:

Es el contacto que se establece entre una parte del cuerpo de una persona y un equipo eléctrico al cual el casco o chasis se han puesto accidentalmente bajo tensión como consecuencia de un defecto del aislamiento.

Se denomina chasis a las partes metálicas accesibles del equipo o las máquinas eléctricas (la carcasa por ejemplo) que normalmente no están bajo tensión, pero que pueden estarlo si se produce un defecto o fallo en el aislamiento.

Medidas a adoptar para evitar los accidentes eléctricos por contacto indirecto:

- Conectar a tierra todos los aparatos, instalaciones, equipos y máquinas accionados por electricidad.

- Instalar interruptores diferenciales que corten la corriente en caso de fallo del aislamiento. - Utilizar equipos y máquinas provistos de doble aislamiento.

- Alimentar los equipos y las máquinas a muy baja tensión de seguridad, cuando sea posible.

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